martes, 3 de agosto de 2010

Encontrándote en mí camino

Capitulo 2

Sentimientos confusos












Al día siguiente Sasuke salió de la casa, no tenía ánimos de ver a nadie y mucho menos ver a su prometida, tenía ganas de ponerle un hasta aquí a ese dobe que lo desprecio, por lo que fue al local de ¨Ramen¨ para dejarle en claro que nadie desprecia a Sasuke Uchiha, pero aquel rubio jamás apareció.
Regreso a su casa y al estar cerca de la sala escucho aquella voz que lo desesperaba, por lo que se dirigió ahí
–Sasuke-kun, que bueno que regresaste –dijo la pelirosa tomándolo de su brazo, Naruto al ver la expresión del ojinegro no pudo evitar reír haciendo que éste se molestara más
– ¿Qué haces aquí? –Cuestionó con aquella voz fría
–Como no quedaron ayer de acuerdo con nada, me pidieron que viniera a enseñarles los paquetes que tenemos para la fiesta y… –contestó con el entrecejo fruncido
–Tenemos que contratar este paquete Sasuke-kun, tiene todo lo necesario para la ocasión –. Decía entusiasmada la chica
–Si ya decidiste, ¡¡porqué no se larga!!
–Te estaba esperando para que decidiéramos juntos –respondió Sakura acercándose más al cuerpo de su prometido mientras comenzaba a llorar.

Sasuke se zafo de la chica, y es que no soportaba verla llorar, siempre que peleaban ella hacía lo mismo, pero después de todo… Sakura era la única que en verdad lo quería, además no podía defraudar a sus padres, no quería ser como su hermano
–Si te agrado ese paquete, por mi está bien –dijo logrando que la chica dejara de llorar y lo volviera a tomar del brazo.

El rubio observaba aquella escena y sintiéndose incomodo comenzó a guardar todas sus cosas, cuando tuvo todo dentro de su mochila los volteo a ver
–Bueno ttebayos, todo está listo, sólo tendrá que estar pendiente alguno de ustedes para que nos digan si quieren un cambio, me voy –dijo saliendo de la habitación.


Naruto salió de la casa, orgulloso por el buen trabajo que hizo, pero más que nada feliz por el buen tazón de ramen que le había ganado a Iruka por haber ido a aquella casa.
–Espera un momento, tenemos muchas cosas que aclarar usuratonkashi. –El rubio estaba por voltearse y responderle, sin embargo en la entrada de aquella casa lo esperaba Gaara con unos boletos en la mano mientras le señalaba su reloj, al parecer se habían retrasado y el pelirrojo estaba molesto.
Sabía que no era bueno que Gaara se enojara, así que ignoro al pelinegro, ya después se las pagaría. Llegando a donde estaba el pelirrojo
–Lo lamento –dijo rascándose su nuca
–Dijiste que no tardarías –repuso cruzándose de brazos
–Yo no tengo la culpa de que el teme se tardara –exclamó con el entrecejo fruncido
–Mmm creo que te llevaras bien con él –dijo comenzando a caminar hacia su vehículo.



Sasuke observo cómo se alejaba el rubio sintiendo como el coraje se intensificaba… ese rubio sabía fastidiarlo
– ¿Nuevo apodo para tú “persona especial”? –Comentó Itachi que estaba en la entrada
– ¡¡¡Cállate!!! –Exclamó apretando sus puños y entrando a la casa. ¿Por qué su hermano creía que le gustaba ese odioso rubio? Que lo único que sabía era molestar. Regresó a la sala encontrándose nuevamente con su prometida, la tomo del brazo dirigiéndose a su habitación, sabía que su hermano lo estaba viendo por lo que le demostraría que estaba equivocado. Aquel rubio no le afectaba en nada.

El mayor lo miraba sin poder creer lo baka que era para aceptar que el ojiazul le atraía…
Estaba por irse con sus amigos cuando el teléfono sonó
–Diga –contestó reconociendo la voz –sí, acaba de venir alguien… al parecer ya lo escogieron… Pero ellos deben elegir, es su fiesta –reclamaba –está bien, pero lo haré por Sasuke –dijo colgando. Sabía que su padre siempre quería que las personas se dieran cuenta del dinero que tenían y esa ocasión no era la excepción, le había dicho que fuera a la tienda “Ramen” para pedir el paquete más lujoso y caro que tuvieran. Subió al cuarto de su hermano para decirle la decisión de su padre, pero al estar por abrir escucho los jadeos de aquella chica
–Lo único que demuestras es que en realidad si te interesa ese chico –susurro alejándose del lugar.


Cuando llego al lugar observo a aquel rubio que lo perturbaba, al parecer estaba atendiendo a una chica, sin embargo en cuanto Minato lo vio se alejo de ella acercándose a él, quedando a unos centímetros de su rostro
–Me alegra verte por aquí –dijo quitándole unos cabellos de su rostro –pensé que habías olvidado que me propusiste matrimonio –le susurro al oído
–Sabes que sólo estaba fastidiándote –dijo sonrojándose débilmente, el rubio al verlo así sonrío, le encanto como se veía.
–Pues ahora tendrás que cumplir –dijo impresionando al menor –no me gusta que las personas no cumplan lo que dicen –comentó guiñándole un ojo
–Eres tan… –estaba por decir cuando una voz lo distrajo
– ¿Itachi-kun? –el mencionado volteo encontrándose con uno de sus amigos
–Kisame –dijo observando como el chico se acercaba –quedamos en vernos en el café de siempre –Minato observaba a los dos chicos pero sobre todo al tal Kisame, ¿qué era de Itachi?
–No me presentaras –dijo acercándose al de piel azul y extendiéndole la mano, Kisame miro a su amigo y al ver la expresión de éste sonrío de medio lado
–Soy Kisame –dijo tomando la mano
–Minato –dijo observando por el rabillo del ojo como la joven que estaba atendiendo se desesperaba –vuelvo en seguida –dijo alejándose para volver a atenderla.


Ante esto Kisame se acerco más a Itachi
– ¿Un nuevo amigo? –Preguntó con una sonrisa traviesa, pero al ver la expresión del pelinegro –sólo es raro que dejes que alguien se acerque tanto a ti.
–Es la persona que hará la boda de mi hermano, ¿qué esperabas? –Dijo el pelinegro mirándolo serio
–Si tú lo dices –cedió mirando como aquella chica coqueteaba con el rubio –mira –dijo riéndose. Itachi volteo observando como aquella mujer acariciaba el cabello de Minato y éste sólo le sonreía. ¿Por qué dejaba que lo tocara? Primero iba y le coqueteaba y ahora a esa tipa que se notaba era una…
–Itachi-kun –lo llamo su amigo pues se percato que el pelinegro quería matar a la mujer con la mirada
– ¿Qué? –Exclamó mirándolo. –Kisame ante aquella mirada retrocediendo…

Minato y la chica se acercaron a la salida, al lado de los otros dos
–Entonces mañana regresare –dijo la mujer guiñándole un ojo al rubio
–Claro, te espero –contestó haciéndole un gesto de despedida con la mano.
–Te diviertes en tu trabajo –dijo Itachi mirándolo
–Claro, no estaría en algo que no me agradara –contestó con franqueza
–Vine a cambiar el paquete por el más caro –cambio de tema el ojinegro
–Naruto dijo que habían escogido uno –dijo haciendo un gesto con la mano para que entraran a la tienda
–Cambio de planes –repuso siguiendo al rubio a uno de los sofás
–Sé que me conviene que pidan ese paquete, pero creo que el anterior estaba perfecto –opino Minato
–Sólo haz el cambio –dijo el ojinegro
–Ustedes son los clientes –dijo levantándose, el ojinegro se percato que se encontraban ellos dos solos, pues Kisame lo había dejado, algo que lo inquieto. Antes de que se diera cuenta regreso el rubio con una agenda –bien, ¿para cuándo sería la boda? –Cuestionó sonriéndole
–Dentro de dos meses –contestó con desanimo
–Creo que no te agrada la idea que tu hermano se case –dijo el rubio cerrando aquella agenda –te parece si vamos a comer –ante esto el pelinegro se sorprendió mirándolo desconfiado –jaja habrá mucha gente y así no corres riesgo de que te haga algo –dijo guiñándole un ojo
–Como si me fuera a dejar –dijo levantándose
–Eso fue un sí –dijo entusiasmado el mayor –bien creo que hoy cerrare –Itachi estaba por negarse pero fue demasiado tarde Minato había ido a apagar las luces.


Una vez termino de cerrar, fueron al estacionamiento del lugar acercándose a un Ferrari 360 color gris
– ¿Te agrada la comida italiana? –Cuestionó el mayor abriéndole la puerta del copiloto al pelinegro
–Sí –contestó entrando al auto –y no soy chica para que me abras la puerta –exclamó sin mirarlo. Ante esto el mayor sonrío, le agradaba ver como aquel pelinegro se molestaba, después entro al auto
–Deberías de hablar con tu hermano si no te parece que se casen –decía el rubio saliendo del centro comercial –por algo lo debes de decir, pienso que no eres de esos niños mimados que sólo hacen lo que sus padres le piden por el dinero –ante esto el menor lo volteo a ver algo molesto
–Estas diciendo que mi hermano es así –dijo mirando aquellos ojos azules
–No, estoy diciendo que tú me pareces un chico interesante –dijo logrando que las mejillas de Itachi se sonrojaran, por lo que evadió la mirada del otro.
En ese momento sonó el celular de Minato
–Itachi-kun, podrías contestar, estoy manejando –dijo extendiéndole el aparato, el mencionado volteo
–No contestes entonces –dijo mirando alternativamente el celular y a Minato
–Podría ser algo importante –insistió, el menor lo tomo y sin muchos ánimos contesto
–Diga
– ¿Otou-san? –dijeron con duda
–Es tu hijo –dijo el pelinegro dándole el celular
–Al menos podrías sostenerlo en lo que hablo –dijo el rubio sonriéndole, Itachi más a fuerzas que de ganas así lo hizo. –Naruto, ¿ocurre algo?... Entiendo, pero llevaras ropa, no le des molestias a ellos, menos a Gaara –Itachi escuchaba con atención aquello sabía que su hermano estaría interesado. –Regresaras pasado mañana, ok. Tienes que tener todo listo, sabes que debe quedar todo bien… nos vemos –termino de decir esto y le hizo una seña al menor para que colgara.

Itachi dejo el celular entre los asientos para después mirar al ojiazul
–Naruto es el chico que nos atendió –comentó
–Sí, me hablo para decirme que se va dos días del país con Gaara –contestó entrando en el estacionamiento de un restaurante Italiano. Itachi se quedo callado ante esto, pensando que Naruto era pareja del tal Gaara. –Llegamos –dijo el mayor saliendo del auto, el pelinegro hizo lo mismo. –Espero que no tengas otro compromiso –dijo Minato pero antes de que pudiera decir algo, el rubio comenzó a caminar.

Lo siguió percatándose como un hombre los esperaba en la entrada con un traje negro y una servilleta sobre su brazo izquierdo.
–Bienvenido Minato-sama, lo esperábamos –dijo haciendo una pequeña inclinación mientras con un brazo le indicaba que pasara
–Gracias, vamos Itachi-kun –el pelinegro sin decir nada siguió al rubio que a su vez iba detrás del mesero. Los llevo a una mesa redonda algo alejada de las demás, el mesero le abrió la silla al rubio sonriéndole, algo que no paso desapercibido para el pelinegro.
–Como siempre es un placer servirle –dijo aquel chico sonriéndole de forma coqueta
–Gracias –contestó el rubio tomando la carta menú que le tendía el chico, esté aprovecho el momento para acariciar los dedos del ojiazul.
–Qué resbaloso –dijo Itachi sorprendiendo a los dos –el suelo –finalizo sonriendo de medio lado mirando al mesero, –te solicitan en aquella mesa –dijo señalando a unas chicas que estaban levantando la mano
–Regreso en un momento Minato-sama –dijo sonriéndole y mirando con fastidio a Itachi dejo su carta del menú y se alejo
–Él sólo intentaba ser amable –comentó el rubio mirando el menú
–Esta claro que él quiere que lo lleves a la cama –dijo tomando el menú que estaba sobre la mesa
– ¿Estas celoso? –Cuestionó sonriéndole
–Quisieras
–Minato-sama ¿ya escogió su comida? –dijo aquel mesero guiñándole un ojo
–Claro, quiero lasagna a la bolognesa –dijo con un perfecto asentó Italiano –Itachi-kun ¿qué pedirás?
–Un Cannelloni per favore –dijo sorprendiéndolos
–Itachi-kun ¿hablas italiano? –Cuestionó con una sonrisa
–Sí, viví un año en Italia –respondió mirando como aquel chico lo miraba con fastidio
–Y de beber –dijo llamando la atención del rubio
–Un paraíso para dos, ¿qué opinas Minato? –dijo Itachi haciendo que el rubio sonriera
–Me parece bien –dijo entregándole la carta al mesero al igual que Itachi.
–Enseguida les traigo su orden –dijo alejándose.
–Te volveré a invitar a este lugar –dijo con una risa suave
–Eres un…
–No lo malinterpretes, si venimos aquí podré ver cómo te pones celoso –dijo tomando la mano que el menor tenia sobre la mesa.
–Yo no estoy celoso –dijo alejándose de aquel contacto
–Si no te agrada que tu hermano se case plática con él –dijo el rubio, cambiando de tema –si te casas por otras cosas que no sea el amor, no funcionara –finalizo exhalando.


Algunos minutos después les llevaron sus alimentos
–Espero que le guste la comida… Minato-sama –dijo acercándose al rubio para dejar su plato, al estar tan empeñado en mirarlo no se dio cuenta que otro mesero estaba detrás de él haciendo que tropezara y derramara las bebidas sobre él.
–Dije que estaba resbaloso –comentó el pelinegro sonriendo burlón
– ¿Te encuentras bien? –preguntó Minato dándole una servilleta
–Ahora estoy mejor… tal vez podría secarme de otra manera –dijo guiñándole un ojo
–Tal vez a mi me dé de comer –dijo Itachi lamiéndose los labios
–Eso será un placer… Ita-chan –dijo el rubio tocando por unos segundos la barbilla del pelinegro
–Iré por sus bebidas –dijo el mesero mirando con enojo al pelinegro
–Creo que no quieres aceptar que te atraigo –comentó el rubio
–Si lo dices por lo del mesero, sólo quiero molestarlo –dijo comenzando a comer dando por terminado el tema. Minato guardo silencio y aunque el menor le dijera aquello algo le decía que sí estaba interesado en él.


Minutos después el mesero les llevo sus bebidas
–Lamento la tardanza Minato-sama, pero ahora podrá disfrutar de su bebida –comentó poniéndola frente al rubio.
–Podremos disfrutar –dijo Itachi volviendo a captar la atención de los otros
–Minato-sama, perdón por mi atrevimiento pero ¿Quién es él? –cuestionó sonriéndole al mayor
–Es sólo…
–Amigos, más que amigos. No creo que te importe –lo corto Itachi
–Me interesa saber si tengo oportunidad con Minato-sama –dijo haciendo que el rubio se riera
–Gracias por esa declaración –dijo el ojiazul mirando al que los atendía –tal vez un día podamos salir los tres –dijo sonriéndole
–Claro, me llevo muy bien con Naruto-kun –dijo mirando de reojo a un sorprendido pelinegro
–Mejor salimos los cuatro –dijo Itachi serio –es más; ven a la fiesta de nuestro compromiso –el mesero lo miro sin entender –él insiste en que nos casemos –dijo sonriéndole.

El mesero lo miro con ganas de golpearlo fue cuando el rubio decidió intervenir
–Cuando me refería a los tres quise decir, a ti, Itachi-kun y yo –el empleado lo volteo a ver –Lo lamento…
–Me retiro Minato-sama –dijo haciendo una inclinación para después alejarse
–Al parecer entendió –comentó Itachi degustando aquella deliciosa gastronomía
–Lo que me alegra es que aceptaste que te vas a casar conmigo –pero Itachi ignoro lo que dijo el mayor.


Cuando iban a terminar un mesero se había acercado para preguntarles cual postre habían elegido, a lo que ambos decidieron el Tiramisú.
–Cambiaron al mesero –dijo Minato mirando al nuevo joven
–Si lo extrañas ve y pídele su teléfono –dijo Itachi llevándose a la boca aquel postre, sin percatarse que en la comisura de sus labios quedaron algunas boronas, Minato sin pensar le quito aquello con sus dedos para después lamerlos.
–Tiene mejor sabor ahora –el pelinegro sintió como un pequeño rubor cubría sus mejillas por aquel comentario.
–Me tengo que ir –dijo Itachi sintiendo como aquel hombre lograba ponerlo nervioso
–Entonces pediré esto para llevar –ante esto Minato pidió la cuenta junto con aquellos pastelitos. Después fueron hacia el estacionamiento donde se pusieron en marcha hacia el hogar del Uchiha.


Itachi se dio cuenta de que no era necesario que le indicara la dirección pues el ojiazul no le pregunto nada.
– ¿Cómo sabes donde vivo? –Interrogo mirándolo
–Tenemos nuestros métodos para saber donde viven nuestros clientes –dijo Minato sonriendo con orgullo. –Itachi-kun podríamos vernos la siguiente semana, quiero enseñarte un lugar –dijo con voz suave
–Mientras no me lleves a visitar a tu club de fans –dijo mirando hacia enfrente
–Te gustara, además tú también debes tener tu club de fans –dijo estacionando su auto frente a la casa de los Uchiha. –Me la pase muy bien –dijo mirando al menor. –Quiero conocerte más, es extraño que me hagas sentir tan feliz cuando estoy contigo. –Itachi al escuchar aquellas palabras se sintió muy nervioso, pero también… ¿feliz?
–Me voy, tienes que ir a tu negocio –Minato lo volvió a tomar de la mano impidiéndole que continuara
–Eres más importante tú –dijo en un susurro haciendo que la piel del menor se erizara, ante eso acerco más su rostro al del otro percatándose que aquella vez no se alejaba el menor, estaba por rozar sus labios cuando algo en la entrada de la mansión llamo su atención. –Creo que ese es tu hermano –comentó el rubio alejándose mientras observaba como Sasuke los miraba con el entrecejo fruncido desde la entrada
–Me voy…
–Vendré por ti el viernes –dijo mientras quitaba su mano de la del otro
–No es necesario…
–Deja que te consienta Itachi-kun –el rubio estaba por acariciar el rostro del pelinegro pero éste al saber de las intenciones del mayor salió del vehículo alejándose, mientras Minato no podía dejar de mirar a aquel chico que hizo que volviera a sentirse vivo.

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